jueves, 25 de febrero de 2010

Para empoderarnos debemos ....

• Asumir nuestra responsabilidad: somos los únicos responsable de nuestra felicidad. De nada sirve mendigar a otros que nos hagan felices, ni tampoco culpar a otros y responsabilizarlos de nuestra propia infelicidad. Por mucho daño que nos hayan podido hacer solo nosotros tenemos la llave de nuestros pensamientos y sentimientos. Solo nosotros somos responsables de perdonar. Esto es un acto propio del único corazón del que disponemos. Aquí se encuentra la verdadera liberación del agredido y el verdadero poder interior.
• Atreverse a expresar nuestros sentimientos: durante siglos hemos sido enseñados a que expresar emociones era cosa de débiles o de maleducados. La expresión de la rabia ha sido crudamente censurada, especialmente en la mujer. La tristeza y el llanto resultan insoportables para la mayoría: cuantas veces habremos visto a adultos animando a un niño que se ha hecho daño, a callarse y cortar su llanto, cuantas veces les podemos escuchar diciendo: no es nada. Pero al niño le duele. Reconocer el dolor lleva a tranquilizarse o tranquilizar al otro. Negar el dolor es automáticamente aumentarlo. Negar es un modo de enseñar, y así se nos ha enseñado, que las emociones, los dolores, no importan, no son nada. Y así aprendemos a tragar en vez de sacar y limpiar.
¿Cuántas emociones habremos tragado con los años...?
¿Cuántas emociones reprimidas llevamos con nosotros cada día?
¿Cuanto daño nos hacemos expandiendo así el malestar por no enfrentarlo y sacarlo?
• Reprogramar nuestra mente: para recuperar nuestro poder interior con nuevos pensamientos de valía y merecimiento alegra a nuestra más potente herramienta que es el corazón.
• Devolverle su guía la hace renacer:
Me merezco lo mejor y ahora lo acepto.
Soy una y la misma cosa con el Poder que me ha creado.
Me amo y me acepto exactamente tal y como soy.
La felicidad corre por mi vida como la sangre por mis venas...
Realizar afirmaciones cada día es una eficaz forma de reorientar nuestras convicciones sobre nosotros mismos, la Vida...
Ahora elijo detectar e identificar los obstáculos que me señalan mi equivocación, que me sugieren el nuevo camino que puedo tomar.
Me autorizo a salir de las situaciones que puedan frenar mi vivencia de la felicidad. Estoy a salvo viendo crecer, día a día, mi poder interior.

Como recuperar tu poder interior

Estos consejos son básicos si quieres saber como recuperar tu poder o fuerza interior, cosa básica para poder adaptarnos a este loco ritmo de vida.

¿Quién más que uno mismo tiene poder sobre si?
¿Quién tiene el poder de pensar en nuestra propia mente?
¿Acaso alguien puede impedirnos elegir tener pensamientos de prosperidad, puede alguien impedirnos actuar desde el amor, puede alguien frenarnos en aumentar nuestra propia felicidad?
Nadie puede obligarnos a tener ideas negativas, tristes, catastróficas, dañinas... Pues nadie se puede meter en nuestra cabeza, ni tampoco sentir por nuestro propio corazón.
Durante siglos hemos buscado el poder fuera; en los padres, en los dioses, en los superiores, en los reyes, en los sabios, en magos, en la medicina, en la religión... Ahora entendemos que el poder solo lo encontraremos dentro de nosotros mismos, en nuestro interior.
Dentro de todos y cada uno de nosotros brilla un poder interior que se expande en función de nuestras vivencias y comportamientos. Él nos guía natural y amorosamente hacia la salud perfecta, la pareja perfecta, la profesión perfecta y nos ofrece la prosperidad en todo aquello que deseamos.
Nuestro poder interior es el motor de nuestra felicidad
Amarnos a nosotros mismos es reconocer esa guía, es crecer con esa luz y hacer que se expanda libremente desde nuestro interior hacia su fuente, el mismo universo.
El peligro reside en el Olvido de quienes somos y qué hemos venido a hacer en este rincón de universo; que tipo de sentimientos hemos venido a experimentar, como seres humanos, a compartir y expandir en este mundo. El peligro reside en olvidarse de que todo este viaje ha sido programado y deseado por nuestra esencia divina.
Abandonarnos es darle la espalda a esta realidad. Olvidarnos de ser felices es convertirnos en seres prisioneros de la incapacidad (no soy capaz de esto, no voy a lograr lo otro, no me merezco esto, esto no es para mí...), en victimas de los demás (si mis padres se hubiesen comportado de otra forma, si mis hermanos me hubiesen entendido...), nos convertimos en ciegos ante nuestra propia responsabilidad. En inválidos a la hora de aumentar nuestro propio poder interior. Nos convertimos en el renegado ante nuestro único guía interior. Negar nuestras capacidades nos convierte en victimas. Entonces surgen: el desamor, la rabia, el resentimiento, la tristeza, el dolor, la enfermedad y todo sentimiento de incapacidad, de autocrítica..., como llamadas de atención para decirnos, ¡ojo, que no es por ahí! ¡Qué eso no te hace feliz!
¿Y cómo puedo amarme a mismo?
La única forma de amarnos es aceptarnos tal y como somos, con nuestras rarezas, defectos, fallos, conscientes de que nuestra evolución está encaminada... Somos hijos del universo; y este no nos juzga ni nos critica. Solo quiere lo mejor para nosotros.
¿Y tú, acaso quieres lo mejor para ti?
Si el universo no nos juzga ni nos critica, ¿Por qué lo hacemos nosotros?
¿Quiénes somos nosotros para juzgarnos, castigarnos, privarnos si el Universo mismo no lo hace?

Cuento: La iluminación de Buda

Se cuenta la historia de que cuando Buda alcanzó la iluminación, llegó a las puertas de lo supremo, el paraíso, el nirvana. Las puertas estaban abiertas, los ángeles cantaban y danzaban para recibirle —porque en millones de años sucede muy raramente que un ser humano llegue a iluminarse—. Esas puertas se abren y, naturalmente, ese día es un gran día de celebración. Todos los Maestros iluminados anteriores se habían reunido, y había gran regocijo, y se derramaban flores, y se tocaba música, y todo estaba bellamente decorado y listo para la celebración.
Pero Buda no entró por la puerta. Y los Maestros iluminados, los Budas más antiguos, todos con las manos enlazadas, le pedían, le rogaban que entrase: “¿Por qué estás ahí fuera?”… Y se cuenta que Buda dijo: “Hasta que todos los demás seres que vienen detrás de mí, entren, yo no entraré. Me quedaré fuera con ellos. Porque si entro ya no podré ayudar a toda esta gente. Veo millones de personas tropezando y buscando a tientas en la oscuridad. Yo mismo he estado buscando a tientas de la misma forma durante millones de vidas. Me gustaría darles mi mano y enseñarles el camino de la liberación. No, no voy a entrar todavía. Cerrad las puertas, por favor. Cuando todo el mundo haya venido y entrado, yo mismo llamaré a estas puertas, entonces podréis recibirme”

miércoles, 3 de febrero de 2010

Vivir la infinitud

Tao es una nave sin fondo;
Usado por sí mismo, no se llena con el Mundo;
No puede ser cortado, limitado, ocultado o inmovilizado;
Sus profundidades están escondidas, ubicuo y eterno;
Desconozco de donde proviene;
Llegó antes que la Naturaleza.
El Tao es el Origen de toda vida, pero es vacío y no tiene límites. No puede ser constreñido, cuantificado ni medido. Esta energía creadora que da vida proporciona una profunda Fuente de alegría, acesible en todo momento. Si vives con una perspectiva infinita, abandonarás la idea de que tu única identidad está en tu cuerpo físico dentro del cual avanzas desde el nacimiento hasta la muerte. En tu totalidad, eres un ser infinito bajo el disfraz de una persona que existe en el mundo de "afiladas aristas"y "retorcidos nudos" al que se refiere este verso. Integrándose en tu interior y alrededor de ti en todo momento, está la fuerza creadora invisible del Tao.No tiene fondo. No puede consumirse.