En el mundo animal, la vida es un proceso biológico producido por un esfuerzo instintivo. Los animales no son tan vanos para aparentar que luchan -excepto cuando pelean contra una fuerza superior- como hacen los seres humanos para dramatizar la supervivencia, aún cuando, en realidad, no estén luchando debido al engreimiento, pereza o autocompasión. ¡Observemos nuestra costumbre de rezongar!
Si tan sólo nos desempeñáramos a través de los instintos como los animales, probablemente cometeríamos menos errores; puesto que vivimos de nuestras fantasías, como así también de nuestros instintos-fantasías acerca de nosotros y de los demás- somos propensos a sufrir debido a nuestros juicios equivocados.
Nadie puede vivir sin criterio pues, nos guste o no, tenemos que trabajar y tratar con los demás. La cuestión es si nuestro juicio es bueno o malo, ya que éste contribuye íntimamente a nuestro estado mental, armonioso o perturbado, feliz o infeliz.
martes, 24 de noviembre de 2009
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